Este Blog ha sido creado como corolario de la Cátedra Cultura y Sociedad dictado por el Sociólogo Jaime Suárez en la Universidad del Mar Sede Copiapó, con el propósito de difundir conceptos e ideas vistos y analizados en clases.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Educación para la Revolución.

A la llegada del hombre blanco a nuestro continente, este estaba lleno de pueblos, cada uno con un diferente grado de desarrollo y evolución; no obstante, había una matriz que traspasaba transversalmente cada uno de ellos: un amor incondicional a la tierra a la cual consideraban su madre y les otorgaba lo necesario para la vida y el desarrollo. Sin contemplaciones, la tierra al igual que sus habitantes, fueron literalmente violados por la codicia de los recién llegados. Desde ese momento nada volvió a ser igual. Los peninsulares de a poco nos fueron quitando esa complicidad que teníamos con la tierra, dejándola olvidada en nuestra frágil memoria ancestral.
En nuestros días los pueblos que todavía tienen esa complicidad son mirados como exóticos, y son relegados a un segundo plano social; solo son sacados a la palestra cuando algún gobierno necesita de sus servicios para validar algún programa o para generar un grado de identidad que pueda cohesionar a una sociedad en torno a ella.

Uno de los legados de la conquista fue la privación y posterior negación  de nuestra identidad que poco a poco fue reemplazada por la que nos era entregado por los futuros gobiernos, o los supuestos gobiernos formados por primos, hermanos, nietos: hijos pertenecientes a una misma clase social cuyos herederos todavía están sentados en los diferentes cargos pertenecientes a los tres poderes del Estado. Si hiciéramos un ejercicio muy simple de investigar el legado sanguíneo de la elite de nuestro país, nos sorprendería cuan atrás podríamos llegar y cuan ligadas están estas familias entre ellas, donde fácilmente podrían decidir el futuro de nuestro país en una celebración  familiar, que por supuesto vende nuestras esperanzas y sueños al mejor postor, que la mayoría de las veces no habla nuestra misma lengua.

Nuestro país está inserto en un somnoliento sueño “anti accionario” y de impavidez. A qué me refiero con esto, que cada vez nuestro país está siendo culturalmente absorbido por culturas extranjeras, como ya pasó en el periodo de conquista. Según mi visión, esta singular característica, o nomenclatura cultural, nos hace un país diferente entre nuestros pares de la región, ligados a un interminable sometimiento a las acciones  imperiales. Y la familia,  por supuesto, no hace nada por impedirlo, ya que en estas transacciones tanto monetarias, como culturales, están insertas sus ambiciones.
Pero, ¿que hay que hacer a nivel macro social para cambiar esto?, a mi parecer existen dos opciones: la primera, es cambiando nuestro futuro a través de una revolución social que nos libre de las ataduras que por años nos han oprimido, pudiendo ser pacífica o armada según disponga el contexto en que se encuentre el país.
Y la otra opción, según mi óptica, y la que se encuentra en nuestras manos como futuros profesionales de la educación, es seguir con la idea de revolución, pero una revolución desde las aulas, y que las ideas fundamentadas y críticas que salgan de nuestros alumnos se conviertan en el motor de cambio que tanto necesitamos.
Ya es tiempo de terminar con el paradigma de los buenos resultados como el único ente que mueve  el quehacer de la educación, una verdadera educación se debiera medir en cuanto al estado de compromiso de  los alumnos con el  hacer cambios sociales, convirtiéndose en entes activos, dentro de esta sociedad injusta e individualista.
Me gustaría terminar con una cita de un gran educador en libertad, en la cual se plasman las ideas que he querido expresar en este escrito:
“La educación de las masas se hace absolutamente fundamental entre nosotros. Educación que, libre de alienación, sea una fuerza para el cambio y para la libertad. La opción, por lo tanto, está entre una "educación" para la "domesticación" alienada y una educación para la libertad. "Educación" para el hombre-objeto o educación para el hombre-sujeto” Paulo Freire

1 comentario: